Enésimo post sobre la vuelta de los ochenta

martes, 14 octubre 2008

 

Sí, ya sé que me repito más que el ajo, que soy más pesada que un tanque en un párpado. Lo sé. Pero será que en el fondo de mi corazoncito me negaba a reconocer lo que es una evidencia. Esto no es revival, no es adaptación, esto es empeño en instalarnos en la década más hortera del pasado siglo. Y esto es tan evidente como que la Facchinetti está a la cola del paro (lo cual me parece de lo más injusto, aprovecho para decirlo y me quedo más ancha que pancha) o que Marc Jacobs debe ser descendiente de los escoceses porque en la vida había visto un tío más feliz con falda en toda mi vida (y, aunque me quede en franca minoría, debo decir que me encanta cómo le sienta).

¿Y a cuento de qué me da ahora por repetir lo de que los ochenta están aquí, yo que he negado la evidencia más veces que Pedro a Cristo (qué de colegio de curas me ha salido esto, ¿no?)?

Pues a que a los felices regresos de hombreras, baggy pants, colores fluor, y demás lindezas estilísticas, ahora hay que añadirle el regreso de un icono de la época: Grace Jones.

Para los no iniciados, os contaré que se trata de la tía más excesiva de la década más excesiva. O se la amaba o se la odiaba, o las dos cosas dependiendo del momento. Era ésta:

 

Grace Jones 1

 

Cantaba, actuaba, desfilaba, pero nunca dejaba atrás su papel de tía arrolladora. Debo confesar a que a mí, particularmente, no me entusiasmaba, es más, no me gustaba un pelo. Pero claro, yo era mucho más joven (un bebé, casi) y era tan radical como Grace. Y lo que no me gustaba, directamente lo odiaba.

¿Y a qué viene esta perorata sobre la Jones? Pues a que el pasado jueves, paseando por todos los blogs y webs sobre moda que suelo visitar, me la encontré, no una, sino dos veces seguidas y por dos noticias totalmente distintas. En ese momento caí del caballo como San Pablo (nuevamente colegio de curas), ví la luz y me dije:

«nena, no te empeñes, si Grace Jones vuelve a ser noticia, los ochenta han regresado sin remedio»

 

Prueba número 1. Portada de Dazed & Confused, modernidad de las modernidades. Si se sale en portada, es que estás ahí.

 

grace jones 2

Portada

Grace Jones 3

Imagen interior

 

Sé que no se le ve un pimiento la cara y que pudiera ser Grace Jones u otro cualquiera, pero si ellos dicen que es, pues yo me lo creo y conociendo a esta tía de tanto tiempo, aseguro que sí es.

 

Prueba número 2. Fiesta de la revista Q. En la que apareció tal que así:

 

Grace Jones 4 Q party

En plan, antes muerta que sencilla, o me pongo lo primero que encuentro en el armario

 

Si Grace Jones comienza a copar portadas y ser la invitada de honor de todo tipo de saraos, no me queda otra que la resignación.

Me voy al armario a ver si encuentro un buen par de hombreras, porque esto ya no tiene vuelta atrás…