Va de retro

 

Después de años y años  llevando bikini, sin concesiones para ningún otro tipo de traje de baño, este año, toca volver a la castidad y llevar prendas más tapadas. En mi caso, por obligación, pero por lo que he podido ver mientras preparaba este post, es una tendencia clara la vuelta del bañador y, cuanto más tapado, mejor.

 

Entre la variedad asombrosa de bikinis que atesoro de tiempos pasados (no soy la única, por lo que pude leer en un post de Cristina, que siente lástima de bikinis antiguos. Debe ser que esto de tirar bañadores no va con las mujeres) languidece un único bañador, la versión veraniega y playera (en mi caso, más bien, piscinera) del petite robe noir que creo que todas las mujeres del mundo hemos tenido en alguna ocasión. Y digo languidece porque no le he dado mucha vida. Pero sí lo utilizaré este año. Y como no me puede conformar con un sólo traje de baño, tendré que comprarme al menos otro más (de quita y pon, que diría mi madre.

Pero la moda, una vez más, parece ser mi aliada. Porque, o bien sufrimos una ola de castidad de la que no he sido informada, o es que, cansados los diseñadores de la poca tela, han decidido echar el resto y hacer gasto.

La moda pin up, no sé si demasiado favorecedora, todo hay que decirlo, ha llenado las pasarelas para llenar nuestras playas de damas de los años cincuenta bien entrado el siglo veintiuno.

Y yo me pregunto:

¿Pegará fuerte esta tendencia?

¿Veremos damiselas con trajes de baño prescindiendo del sol?

¿Acaso no es la moda de baño la más impermeable de todas? Perdonad el chiste fácil de la permeabilidad pero es que era imposible resistirse.

¿Es favorecedora la moda pin-un, o la retro o sólo es apta para las que tienen una planta a las que todo les cae bien?

 

P.D.1. Habréis observado que utilizo en ocasiones la palabra traje de baño. Me chiflan esas palabras. No tienen parangón. Me parece mucho más elegante que bañador o bikini.

P.D.2: también habréis observado que paso mucho del trikini. Por mucho que me insistan con este tema, por ahí no paso. Me probé una vez uno y sólo mirarme al espejo me sirvió para desengañarme de por vida.

P.D.3: si el post me ha quedado farragoso es que lo estoy acompañando de una copa de rioja crianza, que todo sea dicho, no es la primera. Esto del escritor alcohólico adquiere nuevas cotas en esta entrada. Las tonterías, atribuidlas al tinto.

 

¡Feliz puente!